prosa poetica

El séptimo continente

 

Lo bueno de amarte es todo,
lo menos bueno, sólo algunas cosas.

Te miro y veo incertidumbre,
te siento y mi duda en cambio sólo queda entre

devorar tu cuello o tu boca;
y cuando elijo tu cuello descubro que sobre él

suspendida una certeza,

que no soy yo,

es ese fleco del continente

donde haces meses que viajaste en cuerpo
y ahora rutas con el alma
De esta, nuestra historia

Los satélites saben que no hay país

ni ciudad,

ni casa,

que no sea nuestra,

porque todas nuestras imágenes hacen que parezca

más hermoso el planeta.

 

Hay sin embargo una vista del Séptimo Continente,

en algún lugar del Pacífico,

que los satélites no pueden fotografiar.

 

Una isla gigante hecha de plásticos y residuos

que ahogan a los peces

y a nuestro ecosistema.

 

Un lugar que sólo yo veo

y sólo yo temo
Afortunadamente tu vista es más sosegada,

De tu cuello cuelga el destino

de un continente más hermoso.

 

Me pregunto si a veces cuando me besas

y parece que tus ojos se pierden,

blancos de felicidad,

es porque estás aquí conmigo
o ya te marchaste allí.

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