prosa poetica
El deseo y la fuerza del Poliamor
En una ocasión, le presté un libro de poliamor a una pareja de amigos chico-chica que querían aprender sobre el tema. Fue impresionante como la chica evolucionó sobre el asunto, el chico por el contrario se pensó que eran “los cuernos” de siempre, pero esta vez consentidos. Al cabo del tiempo, y a raíz de la lectura, él me confesó que su sueño era tener un harem de mujeres, pero que mejor no se enterase ninguna de ellas de la existencia de las otras. Es decir; no entendió nada, y por esa razón le dedico este poema tan delicado, puñetero y profundo como el premio a la eterna promesa de la ignorancia machista…
Mi amor, eres el centro y la fuerza de mi deseo.
Cuando miras a otro lado
extiendo mi mano hacia ti,
pero mi mano y voluntad como todas las aldabas,
aunque sean de hierro
tiemblan alguna vez.
No es por celos de verdad…
Yo creo que es porque te piensas tan guapo
que te duele la cara por ello,
Y por eso …mi amor…
Cuando miras a otro lado mientras me besas,
sigo extendiendo mi mano hacia ti,
aunque esta vez es porque
el centro y la fuerza de mi deseo,
es que te duela la cara…
¡del guantazo que quiero darte en ella!